¿Memorizar o no memorizar? Esa es la cuestión

El actual debate educativo, al menos en nuestro país, se centra en la importancia de la memorización en el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes. Se están generando dos claros bandos dependiendo de las posturas, muchas de ellas extremistas.

 

En primer lugar, existe un bando que aboga por la inutilidad de la memorización, que suele estar planteada dentro de metodologías tradicionalistas y anticuadas. Esta postura defiende que, en la era de internet, la memorización no es algo importante en la vida del ser humano y que aprender conceptos teóricos no sirve de mucho en la sociedad hodierna.

En segundo lugar, se está creando otro bando que defiende la necesidad de educar en la memorización a los estudiantes, ya que es una parte esencial y la base de todo desarrollo cognitivo posterior. Esta postura defiende la ineficacia de metodologías que colocan a las emociones por encima de todo y donde el esfuerzo personal se ve relegado al olvido.

Personalmente, creo que no debemos establecer posturas extremistas en este aspecto. La memorización es esencial en el ser humano y, como maestros, debemos potenciarla en nuestros estudiantes. Ahora bien, no podemos convertir la memorización en la metodología base de nuestra enseñanza, ya que esto no tiene sentido. No se trata tanto de qué contenidos (que también debemos reflexionar sobre ello) sino de cómo adquiero esos contenidos: ¿memorizando? ¿o de otra manera?