La crisis del coronavirus, una oportunidad para crecer

La crisis del coronavirus nos ha enseñado muchas cosas. Tal vez nuestro sistema sanitario no era tan fuerte como pensábamos, tal vez nuestros políticos no estuvieron a la altura,... Esta crisis la podemos vivir como un momento de reflexión y de cambio hacia un nuevo futuro, hacia un futuro mejor. En educación estamos invirtiendo dinero para contrarrestar los efectos del confinamiento y del cierre de las escuelas, y nos preparamos acogiendo dispositivos electrónicos y de acceso a internet tanto en las escuelas como en los hogares que lo necesitan. Sin embargo, estas medidas son un impulso de causa-efecto a corto plazo que no están amparadas en una reflexión profunda a nivel pedagógico.




Tenemos una oportunidad para cambiar las cosas, tenemos una oportunidad para crecer, tenemos una oportunidad para centrar la inversión en educación, además de en las medidas descritas anteriormente, en hacer de la escuela un lugar donde se pueda atender a los estudiantes mejor, con una atención más personalizada e individual. En nuestras escuelas cada vez tenemos más alumnos con problemas emocionales, sociales, cognitivos o académicos, y la mejor manera de hacer frente a esto no es introduciendo ordenadores en el aula, es bajando la ratio.

Todo profesor que haya estado realmente en un aula sabe que a mayor número de estudiantes, menor la posibilidad de individualización del aprendizaje. Son puras matemáticas. ¿Por qué no reducir la ratio? Mejoraríamos las condiciones sanitarias dentro de los centros educativos para prepararnos para otras posibles pandemias o emergencias sanitarias, y, además, potenciaríamos una mejora sustancial en la calidad de la atención que los docentes podemos prestar a nuestros estudiantes.

Ojalá reflexionemos pedagógicamente, ojalá miremos con una perspectiva más amplia, ojalá apostemos por la educación, ojalá consigamos bajar la ratio.

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