La resiliencia, el factor más decisivo en momentos de crisis

¿Qué hacer ante tanto sufrimiento generado por situaciones como la que estamos viviendo en la pandemia del coronavirus? ¿Cómo afrontar la pérdida de seres queridos, de tiempo, de espacio, de dinero, de trabajo, de educación,...? Se habla de cómo recuperar económicamente el país e, incluso, de cómo recuperar la educación perdida de nuestros niños y jóvenes, pero, realmente, no nos estamos centrando en el mayor aprendizaje que podemos sacar de esta situación como país y como personas: la resiliencia.




Según la RAE, la resiliencia es la "capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos". En unos meses recogeremos los frutos según cómo hayamos actuado frente a las adversidades, cómo hayamos enfrentado los problemas que nos hayan sobrevenido debido a esta situación inesperada.

Si no nos adaptamos, si vemos el vaso medio vacío, si nos hundimos pensando que no hay salida,... recogeremos tristeza, depresión y una derrota generalizada que será patente tanto física como psicológicamente. Pero si nos adaptamos, si vemos el vaso medio lleno, si no nos hundimos en la desesperación y enfrentamos los retos que fueron surgiendo de la mejor manera posible,... recogeremos orgullo, satisfacción, y una victoria ante la adversidad que también tendrá sus efectos físicos y psicológicos en nuestro cuerpo.

Por todo ello, la resiliencia va a ser el factor clave tanto a nivel de país como a nivel personal, que nos permitirá caminar por una ruta o por otra, transformando, para bien o para mal, nuestra existencia en todos los ámbitos.

Por otro lado, es importante repensar qué estamos enseñando a nuestros hijos y a nuestros estudiantes. En situaciones como las que estamos viviendo, de poco sirve haber aprendido a multiplicar con tres cifras, a leer latín o a memorizar contenidos sin fin. Ojalá hayamos educado a las próximas generaciones en la resiliencia, porque será el billete más importante para que puedan ser felices en un futuro tan incierto como el que se nos plantea.

Repensemos cómo estamos afrontando los problemas, repensemos qué estamos enseñando a nuestros hijos y estudiantes, repensemos la educación.

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