Corrientes antitecnológicas en el siglo XXI


En el mundo en que vivimos cada vez usamos más las tecnologías en nuestro día a día, en todos los ámbitos, en todas las áreas. Vivimos en un mundo tecnologizado en el que la utilización de móviles, ordenadores, tablets, etc., se hace de una manera masiva.

Es en este mundo donde están apareciendo varias corrientes antitecnológicas que rechazan completamente el uso de la tecnología y abogan por una realidad que ellos llaman más “natural”, más “humana”. Estas corrientes están surgiendo con fuerza apoyadas por movimientos como el mindfulness, el yoga, o espiritualidades orientales.



Además, dichas corrientes suelen basarse en investigaciones que demuestran lo perjudicial del uso de la tecnología en nuestras vidas, y en organismos, incluso de prestigio, como la Organización Mundial de la Salud, que recomienda que los niños entre 0 y 2 años no vean ningún tipo de dispositivo con pantalla.

Sin embargo, dejan de lado todas las demás investigaciones que demuestran que la tecnología beneficia al ser humano, a la sociedad y al avance en numerosas áreas y disciplinas. Estudiemos dos de los argumentos que las corrientes antitecnológicas suelen llevar por bandera: “el uso continuado de la tecnología produce obesidad y falta de sociabilidad”. Las investigaciones que sustentan este argumento suelen tener unos principios y paradigmas que claramente están alterados y que dependen de una concepción sobre el ser humano muy diferente a la que tienen los jóvenes de hoy en día.
  
En primer lugar, decir que el uso continuado de la tecnología produce obesidad en la población no es cierto. Es interesante que esta misma corriente no afirme que “la lectura continuada de libros produce obesidad”, o que “la práctica de un instrumento musical de forma continuada produce obesidad”, pero sería el mismo argumento. Sin embargo, gracias a la tecnología, podemos salir más de casa y descubrir nuevos lugares gracias a que tenemos Google Maps, podemos animarnos a hacer ejercicio con numerosas aplicaciones e incluso formarnos en nutrición a través de vídeos de YouTube. Por otro lado, personalmente jamás he visto tantísimos jóvenes saliendo y andando por los calles y parques formando grupos sociales como cuando se lanzó el juego para móvil Pokemon Go.

En segundo lugar, decir que el uso continuado de la tecnología produce falta de sociabilidad también es contradictorio con la nueva concepción de relaciones sociales que tienen los más jóvenes. Cualquier hobbie individual que tengamos podría decirse que frena nuestra sociabilidad, pero bien sabemos que no es cierto en nuestra propia experiencia. Además, la interacción social que se hace a través de las redes sociales abarca mucho más que la interacción sin tecnología. Por lo tanto, podríamos afirmar, incluso, que las tecnologías mejoran la sociabilidad, si sabemos usar adecuadamente los dispositivos.

Los adultos debemos abrir la mente al nuevo mundo digital. Todos los cambios son difíciles y este cambio de mentalidad tardará unos años en asentarse en nuestra sociedad, pero está claro que nunca más vamos a vivir en un mundo sin tecnología. Debemos educar en el buen uso de la tecnología para que no se den casos problemáticos, por ejemplo, de adicción. Y empezar a educar en un buen uso de las tecnologías, en primer lugar, pasa por rechazar estas corrientes antitecnológicas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Teatro musical como método de aprendizaje. Un ejemplo innovador

Encargos innovadores para la escuela

No al maltrato animal